para mí, los días grises,
no son días nublados y lluviosos,
con niebla y humedad
de hecho,
esos son los mejores días
para mí, los días grises,
son los días soleados y calurosos
son secos y áridos,
donde solo llueve en mi corazón
y aquella tarde de otoño,
extrañamente caliente,
mi corazón estaba rompiéndose,
otra vez
sin embargo,
no me sentí triste
algo había sucedido en mi vida
y para bien o para mal,
me daba una oportunidad para continuar
para volver a empezar
unas horas después,
mirando por las ventanas,
las nubes saludaron al gran sol,
y este les agradeció la llegada
todas las calles,
quedaron infestadas de agua
limpiando cada pequeño rincón,
de mi triste corazón
y fui más feliz,
porque fue como recibir un baño
un baño curativo
y con el agua dulce que caía del mismo cielo,
sanaron mis heridas
y deseé que nunca más volvieran
sin saberlo,
a su regreso,
descubrí cuánto las había extrañado
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