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una guitarra, un bajo

hoy danna me invitó a su casa (mejor dicho, me auto-invité) y tuve el placer de conocer a sus papás, a sus periquitos (aguacate y kira, creo que se llamaban) y su casa, que es muy bonita. tocamos un rato y ella me deleitó con sus habilidades. ella me dijo si me gustaba cantar y le dije que sí, y dijo que cantaba bien, a pesar de que a mí no me convenza mucho. me enseñó sus tabs y pude aprender un poco. fue divertido. le mostré mi nintendo ds, hablamos un poco de todo. también me quedo con las risas que nos echamos mientras compraba algo en la dulcería (los ojos de gomita son muy ricos)

adolescencia

nunca pensé que, a estas alturas, comenzaría a vivir una adolescencia decente. algunos recreos los pasaría en soledad y con música haciendo lo que me gusta y de vez en cuando vendrían mis amigas (sí, tengo amigos) a preguntarme qué hago, ver qué dibujo y ellas también dibujar. nunca pensé que ya no tendría que volver solo del colegio. mientras caminamos abrigados bajo el sol, todo parece más sencillo, más llevadero. bromeamos y reímos juntos, nada realmente importa. nos dirigimos al supermercado de siempre y si llevo dinero encima compro algo rico para comer. jeidi agarra distintas cosas que nosotros queremos y antes de ir a pagar se las mete en la mochila, y tori y yo vamos a pagar lo nuestro, aunque eventualmente comemos de lo otro que ella robó. puede dar mala impresión y el acto no es algo lindo en sí, pero me doy cuenta que estos momentos no los tendré jamás si no los experimento ahora. es real. se siente real. así que dejo pasar eso porque yo también estoy participando, y todos los dejamos pasar porque ahora que somos jóvenes es mucho más fácil. a mi mamá no le gustaría saber esto y menos si se da cuenta que cuando llego no como porque ya estoy lleno de lo otro que comí. pero qué más da.

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