nacemos solos

desde mi infancia,
conocer gente nueva
fue de mi gran interés
aunque a veces la timidez me superara pensamientos, existencias,
rostros, expresiones,
la esencia de cada individuo
si es que es fascinante,
esa persona seria única por siempre
nunca, jamás,
existirá alguien como ella
y eso era lo único,
que me reconfortaba en las frías noches

sin embargo,
lo peor del mundo entero;
fue darme cuenta que,
estaba solo
completamente solo.

pensaba que,
si daba un pedacito de mi roto corazón a cada persona importante para mí,
estaría menos solitario,
porque ellos estarían conmigo siempre, ¿cierto?

pero yo apostaba demasiado pronto
y esos cachitos de mi alma y ser
fueron despreciados
casi casi, tirados

y me odié,
por pensar que las cosas podrían resolverse,
sin reparar en el hecho de que,
yo estaba destinado a vivir de este modo.
confiaba tanto en la gente que llegó un punto,
en el que no me sorprendió
quise llorar,
pero mis ojos estaban demasiado secos
y solo sentí como algo ejercía presión sobre mi cuerpo,
haciendo que me hundiera con el maltratado suelo
sonidos exteriores se distorsionaron en mis oídos
lo único claro era un pitido,
molesto, impertinente
sentía una tristeza hundiéndose conmigo,
y por esos dos segundos,
pensé que no lo estaba tanto, ¿no?
pero no era verdad
yo no tenía a nadie,
ni a una sola persona

estás solo
decían mis voces
¿desde cuándo tenían razón?
desde siempre